jueves, 17 de enero de 2008

El tuerto. 40: Testaferros.

-¿Cuál es el problema? – Insistió Federico. En realidad yo quería darle largas, al menos hasta cerrar el otro negocio, el de las joyas. Yo sabía bien cuál era el problema, e incluso cuál era la solución.
-Pues que si todo es tan sencillo, ¿Por qué está Plácido en la cárcel por este asunto? No nos engañemos, trabajaba para ti, y como él ha caído necesitas alguien que le sustituya. Tendrás que ser más claro conmigo si quieres que trabajemos juntos.
-No te equivoques, Plácido ha caído por su exceso de ambición. ¿Quieres saber los detalles? De acuerdo, te lo diré. Primero, se puso a hacer operaciones por su cuenta, eso no me molestó, pero lo peor, las hizo con mis propios clientes, eso no lo acepto. Entiéndeme, si tú quieres aplicar mi negocio por tu cuenta, muy bien, no me opongo, pero búscate tus propios clientes, no me robes los míos. ¿Me comprendes?
-Sí, en eso te doy toda la razón.
-Bien. El caso es que si sólo hubiera sido eso tampoco estaría en la cárcel. Me habría limitado a retirarle de mi negocio y punto. Quiero decir que de cualquier manera le habría sustituido. Pero las cosas se precipitaron porque además de avaricioso se volvió descuidado e indiscreto. Comenzó a operar con sociedades sin testaferro, ¿entiendes? El mismo, personalmente, a pecho descubierto…Y eso sí que no podía consentirlo, había que pararle cuanto antes, de lo contrario yo mismo estaría en peligro. Se supone que él era mi barrera protectora, si él dejaba de serlo me colocaba a mi en primera línea de fuego.
-Eso ya no lo tengo tan claro, creo más bien que tú ya le tenías sentenciado y él mismo te lo sirvió en bandeja.
-Pues mira, te digo una cosa, por mí que se quede Plácido en la cárcel. Se lo puedes decir tal cuál, de mi parte. Bueno, él ya lo sabe. Es más, si aceptas un consejo te diré que no te interesa como socio. Ya no es de fiar, estaba gastando demasiado dinero en drogas, en orgías, llamando demasiado la atención en ciertos círculos, y se le ha descontrolado la cabeza, anda soltando la lengua más de la cuenta…¿Comprendes?

Yo guardaba silencio, sopesando todo lo que me había dicho. Me preocupaba lo que hacer con Plácido, y lo que Federico decía confirmaba y aumentaba mi preocupación. Por otro lado, lo que yo creía una idea genial mía, usar testaferros para protegerme, no era más que algo elemental, evidente, que no era preciso ni decirlo, se sobreentendía…Bueno, en cierto modo eso hacía que todo encajara. Sin embargo, Federico fue aún más explícito.
-Mira, manejar sociedades no deja de ser un trabajo como cualquier otro, plantéatelo así. Tienes que estar en la calle para buscar y elegir bien a los testaferros, me da igual cómo lo hagas, mendigos, drogadictos, tú sabrás. Comprarles un buen traje, lavarlos, afeitarlos y llevarlos de la manita al notario a firmar las escrituras de constitución de sociedad. Darles un poco de droga o de dinero para contentarles. Son unos cabrones y si huelen el dinero cada vez te pedirán más. Luego tienes que estar detrás de ellos para que te firmen las remesas de facturas. Al final acabas cuidándolos como si fueran de tu familia. Te lo cuento por experiencia, porque todo eso yo ya lo hice en otras épocas, pero ya no estoy para esos trotes, ni tengo necesidad. Yo me muevo por arriba, con los clientes, y tú por debajo, en las cloacas. Ese es el trato y por eso recibirás tu dinero. Hazlo bien y no tendrás problemas, la justicia no podrá alcanzarte. No hay más que hablar, o lo tomas o lo dejas.
-Vale, ahora ya me has convencido, lo tomo.
-Estupendo. Creo que tú y yo nos entenderemos perfectamente. Por cierto, habla con tus socios, diles que bajen un poquito la cifra y mañana tendrás el dinero de las joyas.
-Un poquito, no mucho.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Como se entere mi vecino de La Manga, Carlitos, alias director general de Inspección Financiera y Tributaria. Y como se lo sople a ese enano con perilla de chivo, padre de la Ley de médidas de prevención contra el fraude fiscal, que actua por delegación del secretario de Estado de Hacienda, yo creo que ni el tuerto ni el Federico se van a escapar. Pd. Me lo ha soplado mi contacto en la Agencia Tributaria, una tal Ampa. Y cuando Ampa dice eso, yo creo que no se equivoca. Un saludo.Jb.

Anónimo dijo...

Pero no se va a enterar, a menos que tú se lo digas, y ya habíamos quedado en que prefieres ser bandolero de Sierra Morena, antes que chivato de Hacienda (la más baja especie entre los chivatos, el último escalón evolutivo del "homo chivatensis"). Je, je...
Saludos.

Quebienmesuenatunombre dijo...

Hola. Bueno, lo subliminal surtió efecto. Yo creo que dije Sierra del Segura, que tipograficamente creo que no es la de Morena, esa debe estar por allá por Córdoba. Bueno, en eso de bandolero me declaro impertinentemente un imperterrito bandolero asesino. Por ejemplo esta tarde asesiné a mi ultimo y actual blogge que tenía, titulado: El estanque del destierro II. El cual puedes leer en esta dirección.

http://elestanquedeldestierroii.blogspot.com/

No es por nada, es que mi blogge era un antiblogge, porque llevo escribiendo más de dos años y medio, venga contar mi pobre y aburrida vida. Y nadie, o casi nadie, ha sido capaz de escribir en aquel, salvo honradas excepciones piadosas. Como es el caso de la Kioskera o del propio Joseph. En fin que me marcho aburrido, no sin antes crear un blogge privado, titulado: futuro y esperanza, y como introducción he puesto: Este blogge quedó amarrado al puerto de mi intimidad. Je,je.
Eso es lo que eran mis blogges, una contradicción, pos los han visitado a dia de hoy unos 4.285, de los que el 99,99%, no me ha dicho ni muuuuuu. Un saludo de bandolero a adicto a la Hacienda Pública. Je,je.
Pd: ¿podrias enviarme a mi email tu dirección de mail?. Es que una queridisima y simpática bloguera, me ha dicho que intermedie para enviarte un regalo en forma de email. Te daré una pista: es muy alta y la conoces igual que yo.Otro saludo, y corto, que al anterior saludo, ya le ha crecido la barba.

Joseph Seewool dijo...

Hola, Jack. Te acabo de enviar mi email. Sí, dijiste Sierra del Segura, lo recuerdo, pero como decía aquel chiste: "me lavo las manos como Herodes". Osea en Sierra Morena, a pesar de que tendrías más competencia, seguro que también te abrirías camino, dada tu cualificación como bandolero. En cambio, en la del Segura te instalarías en el monopolio bandoleril y acabarías aburriéndote.

Lo de tus innumerables blogs...Es un tema complicado...El riego sanguíneo ya no me llega al cerebro...Creo que mejor te respondo mañana, después de un buen sueño reparador. Buenas noches.

Anónimo dijo...

Veamos, Jack: muchas visitas, pocos comentarios. Eso me recuerda lo de "muchos son los llamados pero poco los escogidos", de la Biblia. O también: "no está hecha la miel para la boca del asno".
La pregunta es: ¿Qué importa más, la cantidad, o la calidad de tus lectores?
Por otro lado, nada de pobre y aburrida tu vida, ya te he dicho en otro lugar que eres una mezcla de Robinson Crusoe y El conde de Montecristo.
Aún no he llegado al estanque, voy por manga beach III, pero todo se buceará... Y espero que en tu nuevo blog privado permitas lectores escogidos, perfectamente censados con su Número de Identificación Fiscal...

Maria dijo...

Esta ya mas que demostrado que el tuerto es muy listo y sabe como hacer las cosas.

Jack ahora me pasare por tu blog

Besitos

Anónimo dijo...

Hola, María: de parte del tuerto, que gracias por considerarle listo, y que besos para tí.

-Anna- dijo...

Ayyy caray, desde el principio ese Federico me da mala espina :S, igual confío mucho en el tuerto, el sabe como manejarse (ojo, confío mucho en el tuerto en la historia, si me lo cruzo en la calle yo creo que no confiaría tanto jeje)
Sigo leyendo Joseph
Un abrazo

Joseph Seewool dijo...

Ay, Anita, creo que tú sí podrías confiar en el tuerto, a tí te respetaría, incluso le saldría su lado protector 8-)...En cambio el que no me puedo fiar mucho ¡soy yo!