jueves, 21 de febrero de 2008

El tuerto. 51: Heredero.

Tuve que viajar a la península para entregar una remesa de facturas a Federico, y por supuesto recibir mi dinero. Esta vez, en contra de lo habitual, me citó por la mañana temprano, a las ocho. Cogí el último vuelo del día anterior y pasé la noche en mi acostumbrado hotel “Cuzco”. A la hora fijada estaba llamando a la puerta de su mansión. Pensaba preguntarle a qué se debía tanto madrugar, pero no me dio tiempo. Me quedé sorprendido algunos instantes, porque le vi muy desmejorado, ojeroso, pálido, demacrado, así que cambié mi pregunta.

-Hola, Federico, ¿te encuentras bien?
-Hola, Ralph, quiero que me acompañes al banco y a visitar a mis clientes. Después te invito a comer en un buen restaurante, ya he reservado mesa.- Su voz era apenas audible. Cuando le estreché la mano, la sentí sin fuerza, inerte y fría. La verdad, me quedé impresionado y en silencio. Montamos en su coche, un flamante Mercedes, conducido por su chófer, que manejaba con suavidad y destreza.
-He tenido un infarto. –Me susurró.- Por eso quiero que me acompañes. No voy a durar mucho, según dicen los médicos.
-Eso nunca se sabe…
-No nos engañemos, tú mismo te has asustado al verme.
No quise responder, porque la verdad, las mentiras piadosas no son mi fuerte. El anciano se recostó junto a la ventanilla y cerró los ojos. Comenzaba a despuntar el sol y ese ligero calor que entraba por el cristal supongo que le reanimaba un poco. Sus mejillas perdieron un poco de palidez.

Primero recorrimos varias sucursales bancarias, de las cuales sacó importantes cantidades de dinero en efectivo. En todas, el empleado nos pasaba directamente al despacho del director. Federico me explicó que el día anterior había telefoneado para que tuvieran preparado el dinero. Me hizo contarlo a mi, no se si porque no se fiaba del Banco, o porque pretendía que yo me acostumbrara. Como si no estuviera yo suficientemente habituado a contar billetes, falsos y auténticos. Al salir, el chófer estaba esperando a la puerta, dentro del auto, con el motor en marcha. Yo intentaba adivinar para qué sería tanto dinero, no quise preguntarle directamente, ya me lo contaría él, llegado el caso.

No tardó en desvelarse el misterio. Terminado el periplo bancario, pasamos a visitar a los clientes. Empresas filiales de multinacionales informáticas, subcontratistas de obras del estado, corporaciones locales de telecomunicaciones. Edificios lujosos de oficinas, guardias de seguridad en la entrada, mullidas moquetas, secretarias despampanantes cuyo perfume de marca se expandía a su paso dejando como una estela.
-Hola, Federico.
-Buenos días, Manolo, te presento a Ralph, mi socio.
-Mucho gusto, Ralph.
-El gusto es mío.
-Es probable que él se encargue de todo a partir del próximo trimestre. – Cuando le escuché decir esto, me sentí como si me hubiera designado heredero de su “negocio”.
-Ningún problema, Federico. ¿Me has traído las facturas que te pedí?
-Aquí las tienes.- Las revisó superficialmente.
-¿Y el dinero?
-Como siempre, contante y sonante.
-Muy bien, pues aquí tienes tus cheques.

Yo al principio no entendía nada. Para qué tanto intercambio de dinero y de cheques. Después me lo explicó Federico.
-Algunas empresas no quieren pagar en efectivo, sino en cheque. De ese modo, en el caso de que tengan una inspección fiscal, con el movimiento bancario pueden acreditar que el pago ha sido real y no les pueden sancionar. En estos casos, a mi me entregan un cheque por el importe total y exacto de cada factura, y yo se lo devuelvo en efectivo descontando nuestra comisión, que es del dieciséis por ciento.
-Fascinante.
Repetimos la operación en media docena de empresas, en todas me quedé con una tarjeta del cliente, para el futuro contacto.
-Ahora nos vamos a comer. ¿A ti cómo quieres que te pague, en cheque o efectivo?
-A mí en cheque, por favor.

7 comentarios:

Hisae dijo...

¿Significará esto que el Tuerto se meterá en más follones, siendo el "heredero" del negocio?
Lo sabremos, en los próximos capítulos...

Quebienmesuenatunombre dijo...

Si, es una forma de engañar al fisco. Justificación del pago por unos servicios que nunca existieron, medinte un cheque nominativo, a favor de quien expide unas facturas falsas. Luego, descontada la comisión, el dinero vuelve al dueño de las multiples empresas que defraudan a ese fisco que se deja engañar. Pero, me surge una pregunta. ¿que hará don Federico con ese dinero que tiene la cualidad de ennegrecido, pues si realmente hubiese pagado, no estaría en su caja, en sus cuentas en paraísos fiscales, o bajo la losa?. Don Federico, tendrá graves problemas pues de lo que se trata, y a lo que tienden todos los empresarios, es a blanquera dinero, y no a ennegrecerlo. Puede que hoy, con esa adquisición de facturas falsas haya conseguido eludir impuestos. Pero ¿que ocurrirá cuando materialice ese dinero negro en bienes?. ¿que explicación le dará entonces al fisco?. Teniendo en cuenta que algún artículo de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, considera renta del ultimo periodo no prescrito, aquellos patrimonios que afloren sin justificación. Tal vez a D. Federico, le importe un carajo todo eso, si ya piensa en espicharla e irse al otro mundo. Pero, el Tuerto, ¿heredero de que?. De un negocio, por el que antes o despues podrá dar con sus huesos en la carcel, igual que Al Capone. Le cazarán cuando intente blanquear ese dinero, que ahora su testador pretende ennegrecer. Creo que el Tuerto, es un poco ingenuo. Pues en la época dorada de D. Federico, no existía la Ley de Prevención del Fraude Fiscal. Mejor sería que el Tuerto, se dedicase a vivir, honradamente en compañía de la hija de la patrona, o bien dedicandose al negocio inmobiliario, o bien que estudie para aprobar esas oposiciones a Jefe de la policia local de ese pueblo de pescadores. Pero, tal vez yo este equivocado. Un saludo.

Joseph Seewool dijo...

Hola, Mario. Te respondo: sin duda se meterá en más líos, no puede evitarlo...

Joseph Seewool dijo...

Hola, Jack, veo que te irrita el fraude fiscal, ja, ja. Tienes razón, pero sólo en parte. Para blanquear hay otros métodos, por ejemplo inversiones inmobiliarias en las que la mayor parte del precio se abona en dinero negro y no se declara en la escritura de compraventa.
Lo de la cárcel si le pillan, no está tan claro, depende de la cuantía. Hasta quince millones de pesetas no es delito (artículo 305 del Código Penal). Se paga la multa y ya está. Aparte también está la figura jurídica de la prescripción, que resulta aplicable en muchos casos..En fin, que siempre hay roto para un descosido. Pero tú tienes razón en que debería intentar la vida honrada. Un saludo.

Quebienmesuenatunombre dijo...

Hola Joseph. No, queva, todo lo contrario, no me irrita el que la gente se estrelle. Es que me da pena, que con ese cerebro, tan hábil para la delincuencia que tiene el Tuerto, pueda cometer la torpeza de tropezar con el fisco y echar todo a rodar, finalizando su carrera como delincuente. Yo, cada vez que me acuerdo de aquello de la Bíblia: al Cesar lo que es suyo y a Dios lo que es de Dios. Por como que me hago creyente por unos instantes y esa creencia me dura toda la vida. Claro que, aquella máxima la dijo Jesucristo, que por suerte o desgracia no tenía un duro partido por la mitad.
Y hablando de la prescripción y las teorías encontradas entre el TS y el TC. Yo estoy a favor de lo que dice el Fiscal General del Estado. Porque si el art. 24 de la C.Magna, dice que es para el delincuente o para la víctima, pero no para los dos a la vez. Me decanto siempre en que se lo den a la víctima. No esta justificado en que el delincuente tenga un mejor derecho de acceso a quedar impune, que una víctima a ser reparada o restituída. Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola, Jack: He estado liado intentando acelerar la novela para presentarla a un concurso, pero al final he desistido. A ver si ahora me pongo al día.
Y sí, a Solbes lo que es de Solbes.
Por cierto, ya me contarás cómo va cierto recurso de reforma...Un saludo.

Quebienmesuenatunombre dijo...

Hola Joseph. En cierta comunidad autónoma en la que aún no se han transferido las competencias de Justicia, los funcionarios llevan varios días de huelga indefinida. Si, como casi todo el mundo sabe, la justicia es, de por si, lenta, en el caso de cualquier recurso que haya tenido la mala suerte de ser presentado en esa coyuntura, pos como que debe estar muerto durmiendo el sueño de los justos. Pero, tiempo al tiempo, todo llegará. Un saludo.