martes, 12 de febrero de 2008

El tuerto. 47: …y sobredosis.

A la noche siguiente, cuando ya me disponía a dormir, se presentó de nuevo el Charlie a buscarme a la pensión.
-Vístete, vamos a dar una vuelta.
-¿Qué pasa, hay novedades?
-Por el camino te cuento.
Nos alejamos en silencio por la carretera del botánico, íbamos en su coche nuevo, un BMW 323 i. Al cabo de unos minutos ya no resistí más la tensión que me provocaba el silencio, y eso que me había tomado la pastilla de dormir.
-Venga, habla ya.
-Se trata de Plácido…
-Si, ¿Qué ha ocurrido con él?
-Le han dado el pasaporte.
-¿De veras? Eso es fenomenal, problema resuelto. ¿Cómo ha sido?
-Ha muerto de sobredosis.
-Perfecto, así lo calificarán como muerte accidental y apenas habrá investigación.
-Es que…Seguramente ha sido con la droga que yo les pasé. ¿Crees que por el grado de pureza podrán saber quién ha sido el proveedor?
-Tío, ¿qué te pasa? ¿Te has comido uno de los “tripis” del “Pato”? Anda, déjate de paranoias, le habrán mezclado la droga con estricnina, con matarratas, yo qué se.
-Joder, es que no me lo acabo de creer. Pensé que no me iba a afectar tanto cuando sucediera, pero estoy nervioso.
-¿Quieres un trankimazin?
-Sí, dame uno.
-Y ahora, como excepción, me voy a ir contigo a la discoteca y nos tomamos unos “whiskies”, para celebrarlo, ¿qué te parece?

A Charlie le gustó la idea, fuimos a la discoteca donde él “trabajaba”. Nos sentamos en una mesa y contemplamos a la gente bailar. De vez en cuando se levantaba, hablaba con alguien, a veces desaparecían en dirección a la zona de reservados. Así en público no vi que hicieran intercambio de nada, lo harían en privado. Yo, mientras, reflexionaba sobre mi propia vida. Me decía a mi mismo: “qué pensarán de mi estos, que bailan despreocupadamente”. Bebía lentamente mi whisky con hielo, dejaba que fuera mezclándose en la sangre con las pastillas, envolviendo mi cerebro en una especie de niebla del pensamiento. “Esa rubia delgaducha, qué afán de protagonismo tiene, cómo le gusta llamar la atención, agitando su melena, con esos mini-shorts y esa blusa super-escotada, saberse-observada, incluso deseada”…
-Parece que miras mucho a Vicky, si quieres te la presento.
-No gracias. Estaba pensando en los cuadros…
-¿Qué pasa con los cuadros? Te advierto que yo no estoy mucho para pensar.
-No si no estoy tratando de pensar, sino dejando que la mente vaya donde quiera. Es que esta misma tarde he tenido una conversación por teléfono con nuestro comprador en Madrid, y todavía no lo he asimilado. Me ha dicho que lo mejor es que nos olvidemos del asunto. No lo ha dicho con estas palabras, pero es la conclusión. A ver tú qué opinas. Es muy difícil encontrar un comprador, ni siquiera internacional. A estas alturas todo el mundo sabe la procedencia de los cuadros. Una subasta está descartada. Y un coleccionista privado…suponiendo que alguno quisiera arriesgarse, nos pagaría un precio irrisorio. A los coleccionistas les gusta mirar sus cuadros, pero en el fondo les gusta más recrearse en su valor en el mercado. Estos cuadros nunca van a tener salida. Tal vez dentro de quince o veinte años, cuando prescriba todo. Creo que no merece la pena.
-¿Qué es un precio irrisorio?
-No lo se, tal vez diez, o veinte millones por cuadro. Ni la décima parte de su valor.
-¿Y qué sugieres?
-Pues…no me hagas mucho caso, Charlie, ya te digo que se me acaba de ocurrir la idea y estoy algo borracho…Entonces, o nos los repartimos tú y yo y nos los quedamos. Y para qué queremos tú y yo unos cuadros…O…
-Venga, hombre, di lo que sea.
-Se me ha ocurrido…Devolvérselos a la vieja. No se, de repente me ha gustado la idea.- El Charlie se empezó a reir. Yo le acompañé en las carcajadas. Al final, con la borrachera que nos invadía, no podíamos parar de reír.
-Estás de coña.
-No, en serio. Sería una jugada redonda. Desaparecido el Plácido, hemos cortado el hilo por el que la investigación podría llegar hasta nosotros. Si encima aparecen los cuadros, ya está, la poli se apunta un tanto y yo creo que cerrarían el caso. Nos quitaríamos una incertidumbre.
-No, si visto así…